En los viajes largos lo normal es hacer una o varias escalas; nosotros procuramos hacer una y que sea larga para poder así visitar la ciudad de la escala. En este caso, el avión salía de Málaga y hacía escala en Roma, llegábamos y salíamos a buenas horas por lo que pudimos visitar la ciudad con cierta tranquilidad (aunque ya la conocíamos, Roma no cansa).
A la ida hacia Tokio nos quedamos cerca del aeropuerto y por la mañana visitamos Ostia antica, unas ruinas bien conservadas de época romana.
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